Malograré mis anhelos de tu vida
dejando atrás toda esperanza de besarte,
perderé de tu nombre los recuerdos,
a mis oídos el gozo no entrará por escucharte.
Devolveré al viento la brisa de tu aliento
al infinito tus mejillas sin mis labios
y a tus ojos tus miradas a mi rostro,
solo señales secretas, invictas de cariño
vendrán a ser mi único aliciente.
Desharé toda mi conquista,
sabiendo que dar marcha atrás
no es opción en mi camino,
pero el sentir tan solo un poco que tú me quieres
salvará mi alma de perderse.
Castigaré los celos de seguirte
y la forma de mirarte irreverente
los prados y jardines
detendrán mis pasos tras tus huellas
y las verdades, la razón de mi existencia.
Sollozando me hallaré en la penumbra de la noche,
pero a buen puerto nuestro espíritu habrá llegado
en otra vida seguiremos esta historia
en otra muerte recodaré el dolor de no tenerte.
Emigran los pájaros azules de tus recuerdos,
pájaros perdidos en el cielo de la distancia,
ocultados a la vista por nubes de soledades,
volviendo este horizonte reposado y sereno.
Si acaso una insinuación aparece
de un ave perdida o rezagada,
las árboles colmados de verdades
esconden mimetizando el revoloteo.
Incesante y largo tiempo volaron
sobre los valles de mi existencia
atravesando rápidos y fugaces
soleados y atormentados momentos.
De la laguna de mi esperanza bebieron,
y la agitaron bañándose en ella,
cuantas veces hallaron descanso
sobre perennes arbustos de desconsuelo.
Volátiles como siempre, como nunca son ahora
su dirección y su ritmo lo marca su instinto
la fuerza con que surgieron se va con ellos
dejando mi espacio y su aire tan vacío.
